El juego de las sombras
Por Kevin Erives
El poeta no debe ser solamente poeta
para poder invocar sombras del alma.
Debe vivir, luchar, cantar, sufrir, gozar.
Saber de qué manera va a expresar
el juego de las sombras.
Para saber de qué manera va a
exorcizar a ese demonio
que a él y a ella siempre acompañan.
Cuando se encuentre con la sorpresa,
de que, al despertar, la pesadilla
apenas comienza
e inicia el juego de las sombras.
Y es que cuando celebre el oficio de
poeta,
esto es, cuando juega el juego de las
sombras,
es que puede realmente descansar,
aunque sea cuando más activo está
manipulando marionetas
en el juego de las sombras.
Esto es porque, cuando invoca a los
fantasmas del presente
y del pasado,
cuando funde su voz con el espíritu de
los muertos
y se convierte en El Alquimista
y une todos los espacios, los que existen
y los que no existen,
y lo halla todo desordenado
es cuando sabe que está jugando al
juego de las sombras.
También habrá de aceptar
que su más grande obra nunca llegará,
se le atravesará antes la muerte
o cualquier otra distracción.
Eso impedirá que plasme toda su
inspiración
al jugar el juego de las sombras.
Cuando vaya a escribir sus palabras
maestras
no faltará el incauto que llegue y le
entretenga
y de aquel verso que sería su epitafio
no quedará ni un carajo.
De esa manera siempre vivirás con
pendientes,
incluso tras la muerte.
Correrás la misma suerte
en el juego de las sombras.
Nunca morirás realizado
a menos que tú lo decidas,
mientras pasas tus ojos por estas
líneas
y tu mente por estas ideas
habrás de definir tu ideología.
Plantearás
tu propia filosofía
la filosofía del juego de las sombras.
¿Y qué es el arte? ¿Para qué sirve?
¿Para ser feliz? ¡No!
Para resistir, para no rendirte.
Noble batalla
La que se sabe perdida
y aun así se libra.
Atormentado,
pero con una sonrisa en los labios
de vez en cuando,
cuando se juega al juego de la vida y
la muerte.
El enfermo juego que sin duda
perderemos
pero que no nos angustia demasiado,
pues el que todo haya de acabar
es un alivio
para el jugador.
El jugador del juego de las sombras.
La poesía no tiene por qué ser bella
siempre,
ni tampoco grotesca la vida.
Hay belleza en el mundo, en todo lo
que pasa y nos rodea.
Hay belleza en la luz, pero también
donde no haya luz.
Y sobre todo donde estas dos chocan
pues es ahí
donde se lleva a cabo
el juego de las sombras.
Hay placer en la vida, en la vida
dolorosa,
en el amor apasionado y angustioso,
en la duda, en la desesperación,
y, sobre todo, en el sexo vigoroso.
Así que vive fuerte, sé audaz
pues igual algún día morirás,
pero luego de jugar el juego de las
sombras.
Es un transcurso efímero
a través del infinito.
Cada paso, cada segundo
nos aleja un poco más del mundo
y nos acerca al más allá,
de aquel lugar del que nada sabes.
No temas a la cápsula del tiempo
que tus cálcicos restos han de guardar,
pues será tu hogar
por más tiempo del que hayas vivido.
Acostúmbrate a la presencia de la
guadaña en tu cuello
pues del otro lado del siglo pasarás también
segando
los frutos del olvido.
Eso no cambiará,
así que anda a disfrutar
pues no hay otro camino
en el juego de las sombras.
Kevin Erives es estudiante de historia en la UACH,
enfocado en la historia militar, social y política del norte de México y sur de
Estados Unidos. Es autor del cuento A través del túnel carmesí, que
aparecerá en la revista de la UAA Horizonte Histórico, así como del
poemario Sentenciado a vivir, poemas de la cuarentena. Publica sus textos
en el blog de Facebook Tinta tu madre, tertulia creativa, con el
seudónimo de Víktor Villa, y dirige la página de Facebook de Historia
de la Ciencia, que se encarga de la divulgación científica con perspectiva
humanística.
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