desde juárez
Celebraciones
Por Agustín García
Nothing to kill or die for/ John Lennon, Imagine
Jamás festejaré la guerra, venga de donde venga; las bombas no allanan el camino hacia la paz. No escribiré odas a una bala, excepto a la que besa mi piel o hace arder mi alma.
No haré fiestas a un cuchillo; no importa el color de la mano sangrienta que lo empuña, a menos que amorosamente llegue a terminar mis sufrimientos.
La piedra que mató a Goliat, ¿no fue la misma que lanzó Caín contra su hermano?
No me alegra la fiesta de las balas. Las pistolas son prueba de que no sabemos discutir, resolver problemas, trenzar lazos afectivos, disolver estúpidos rencores.
Cuánta gente presume sus armas, sin saber lo que revelan: un miedo grande como sus cañones los consume. Un miedo, una carencia grande como el estallido de las balas
Jamás festejaré la prepotencia, aunque claro, bendigo la violencia de la naturaleza: con proyectiles invisibles nos regula el número excesivo que ostentamos. Ya corremos a encontrar vacunas, pero el daño, la constatación de nuestra inferioridad ante las cosas que no vemos ni entendemos.
Puedo alabar a quien defiende a mano limpia su honor. Esto es diferente a servirse de las armas y de la ventaja. Pero celebraré a quien salte sobre el filo del odio y edifique un puente para encontrar el punto medio del conflicto en favor de la concordia.
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