La magia infinita de improvisar
Por Rosario Ruiz
Morales
Vaya que los mexicanos tenemos ese privilegio. Desde
tiempos remotos hemos tenido un don contra la adversidad, el modo que hallamos
de no desfallecer y salir adelante, aunque todo esté en contra.
Esto no ha sido raro ni espectacular en todo este año en
que nos la hemos rifado contra viento y marea debido al confinamiento para
conservar la salud, a pesar de que la mayoría vivimos al día.
Si no salimos, no hay comida.
Afortunadamente para mí, mi hija, yerno y nietos han sido
pródigos conmigo. Salen a lo más indispensable.
Todos nos hemos quedado sin amigos. Cero visitas, abrazos y
reuniones. Esto es triste, pero hoy nuestro gran aliado es el teléfono celular.
Las redes sociales han sustituido todo esto, volviéndose herramienta
indispensable.
Ideamos cómo vender, cómo inventar nuevas fuentes de
ingreso, creando manualidades e improvisando formas de sobrevivir.
Bendita tecnología, benditas las ideas e inteligencia.
Bendito el creador de todo esto. Dios a cada uno nos ha
dado todo tipo de potenciales para salir adelante.
Formulamos nuevos tipos de cosas, los objetos que hoy
requerimos como gorros, guantes bufandas y todo lo tejido, bendito arte.
En nuestras casas también hemos improvisado: la sala de
repente es un salón de clases, a veces oficina, otras veces mesa de trabajo o
punto de reunión virtual.
A veces disco y karaoke, echando a vuelo imaginación y
creatividad, incluso para hacer un disco o grabación familiar. Cantar, bailar y
sonreír.
La vida, como el año que hoy concluye, también se nos irá a
acabar, e irnos sin gozar y comer con deleite, que aburrido sería.
Feliz fin de año para todos. Amémonos y disfrutemos hoy,
mañana tal vez ya no estaremos.
Rosario Ruiz Morales se inició como escritora en agosto de 2010, cuando entró a un taller literario llamado Para perderle el miedo a la escritura, en Demac. Desde entonces escribe todos los días, como una forma de meditación y trascendencia.
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