Mientras
ignoran a la literatura escrita por mujeres
Por Patricia
Laurent Kullick
Yo sí quiero un Colegio Nacional de Mujeres, porque no me quiero esperar un siglo para ser reconocida. Y es que basta ver y leer lo que la camarilla del poder cultural (que se reparten becas eméritas, residencias, premios y grandes distinciones) opina sobre la literatura escrita por mujeres.
Porque los
críticos (que no son pocos) ensalzan una novela sobre el narco que escribió su
amigo cantinero, mientras ignoran casi toda la literatura escrita por mujeres,
bajo el argumento de que qué hueva la voz intimista.
O tachan
como novela de género.
Como si
el gran Desbarrancadero no fuera intimista y de género (gay). O el narco
y sus arsenales no fuera de género. Como si la poesía de Octavio Paz no fuera
intimista y de género; como si Las batallas en el desierto no fuera
intimista y de género.
Todos
escribimos desde nuestra plataforma de género. Vivimos el mundo desde nuestro
género y nos explicamos desde esa base cultural.
Es
urgente que se abra un Colegio que resguarde a nuestras escritoras ignoradas, como
Helena Garro, Rosario Castellanos, Inés Arredondo, Verónica, Myriam, Sara, Ana,
Carmen, Eve, Fer, Guadalupe, Cristina, y un sin fin de nombres que en menos de
50 años quedarán en la más absoluta oscuridad.
Patricia Laurent Kullick, escritora mexicana, ha publicado los libros de cuentos Esta y otras ciudades, Están por todas partes, El topógrafo y la tarántula e Infancia y otros horrores. Las novelas El circo de la soledad, El camino de Santiago (Premio Nuevo León de Literatura 1999) y La giganta. Y otros libros. Su obra aparece también en antologías y revistas literarias.
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