Las palomas
Por Luis Fernando Rangel
Las
palomas han volado de ciudad en ciudad volviéndose un ave urbana. Esconden en
sus alas el misterio de las construcciones y las urbes celestiales. Rozando las
nubes, juegan a ser el espíritu santo. Quizá por eso se han encargado de
decorar las iglesias imitando a ciertos artistas renacentistas. Además, resulta
interesante observar cómo se les otorgado otra importante ocupación: dotadas de
un falso rango militar, las palomas se encargan de condecorar a los guerreros
de las plazas públicas.
A
nosotros solo nos queda contemplarlas al pasear por el centro de las ciudades y
a veces, en un impulso de caridad cristiana, arrojarles migas de pan para
verlas agruparse en nubes de alas negras y rezar cuando se dispersan.
Queda
en su pequeño cuerpo nuestra añoranza de ser ángeles. Soñamos con algún día
poder volar al campanario de la iglesia y ver de cerca el cielo.
Luis Fernando Rangel es licenciado en letras españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Actualmente es Jefe de Unidad Editorial en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, donde es editor responsable de la revista Metamorfosis y conductor del programa radiofónico El Pensador en Radio Universidad. Es autor de los libros Hotel Sputnik, Conversación de dos gatos, Poemas para un Lugar Común, Dibujar el fin del mundo y Los líricamente desmadrados. En 2019 coordinó el taller de poesía y la antología No haremos obra perdurable. Recientemente obtuvo el IV Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide” con la obra Corridos de caballos.
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