La escritura como el pan de cada día
Por Patricia Laurent Kullick
La escritura, la invención, la creación de historias, no debe
ser exclusiva para escritores.
Por lo menos a mí me hubiera encantado tener un diario con
historias de mis padres, mis abuelos, mis tatarabuelos. Los guardaría como un
tesoro y agregaría un poco de lo mío para generaciones venideras.
Me revientan el hígado los críticos que no quieren que
escribas si no eres escritor. Es como no querer que hagas ejercicio físico si
no eres candidato olímpico.
Nuestra genética está conformada de historias.
Los humanos hemos evolucionado por medio de historias. El
cerebro está ávido de contarnos historias. Las suyas, las nuevas rutas que
encontró, las nuevas imágenes que, combinadas con otras, hacen un alebrije
mental único.
Por salud, todos debemos transitar las letras.
Y como dice mi admirada Jean Houston: Nuestra fascinación por
los sueños es testigo de nuestra imaginería interior, para entretenimiento o
para información.
Ahora podemos pensar que es mucho mejor explorar nuestra
geografía interna mientras estamos profundamente despiertos.
Patricia Laurent Kullick, escritora mexicana, ha publicado los libros de cuentos Esta y otras ciudades, Están por todas partes, El topógrafo y la tarántula e Infancia y otros horrores. Las novelas El circo de la soledad, El camino de Santiago (Premio Nuevo León de Literatura 1999) y La giganta. Y otros libros. Su obra aparece también en antologías y revistas literarias.
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