lunes, 21 de diciembre de 2020

Edgar Gorrochategui Lozano. Carta para abogados funcionarios


Carta para abogados funcionarios

 

 

Por Edgar Gorrochategui Lozano

 

 

 

Este es un mensaje para todas y todos los operadores del sistema de justicia, llámense fiscales, agentes del ministerio público, actuarios, jueces, magistrados, defensores y demás servidores públicos que en materia penal ostentan un cargo.

Recuerden estar muy agradecidos con el poder supremo que inició y controla el universo; estén muy agradecidos y siéntanse dichosos de tener un trabajo fijo, una vocación, un ingreso constante, agradezcan de tener salud y conocimientos para servir a las personas que acuden en su auxilio.

No se enfaden de tener mucho trabajo, no se molesten por no poder darse abasto en la atención de tanta y tanta gente que tiene necesidad de justicia, de tantas personas que desean recuperar un pedacito de la dignidad que les arrebató alguna lacra sin escrúpulos.

No hagan sentir a las víctimas tontas o inferiores porque las están re victimizando, y esa no es su función sino que lo es desagraviarlas.

Explíquenles lo que Ustedes saben y no se desesperen de las explicaciones que les dan, encuentren el sentido de lo que les están narrando, pues ellos no están obligados a ser expertos en comunicación y desempeñan funciones respetables y necesarias en nuestra sociedad.

Graben en su corazón el pensamiento de que no hay una persona en el mundo que valga poco, y que al desagraviar a una persona, están desagraviando a la humanidad entera, porque así es como se combate a la injusticia, pasa a paso, recuperando centímetro a centímetro la luz de la razón y el respeto en este mundo oscurecido por la vanidad y la ridiculez.

No crean que quienes no conocen la ciencia del derecho carecen de un sentido de rectitud y elemental justicia, no traten de apantallarlos con sus conocimientos técnicos para hacerlos sentir equivocados ni ostenten frente a ellas y ellos ínfulas de superioridad.

Recuerden que ellos están afligidos por la desgracia de haber sido pisoteados por alguna o algún abusivo que es preciso readaptar a la sociedad.

No permitan que se haga leña del árbol caído, porque ese árbol caído pudiera llegar a ser un ser querido, su mamá, su padres o sus hijos, no se les olvide que mientras se permita al violento y agresivo salirse con la suya, el cerco de la injusticia se cierra cada vez más, y un día será tan estrecho que pudiera tocarlos también a Ustedes.

No alimenten a un cocodrilo con la esperanza de que no los comerá a Ustedes, porque cuando la perra es brava, hasta a los de la casa muerde.

Las salas y los edificios donde se procura e imparte justicia no son pasarelas de belleza o moda, no están ahí para que Ustedes caminen inflados en su soberbia, mirando a los justiciables y a la gente sin recursos por debajo de sus hombros. Acuérdense muy bien que la dignidad y el derecho de esas personas son precisamente el motivo de que a Ustedes se les haya conferido un cargo.

Agradezcan a la sociedad lo mucho que reciben de ella, porque tener un servicio de salud, emolumentos periódicos y seguros, así como actualización académica y vocacional, es un lujo que la mayoría de las y los mexicanos no tienen.

No discriminen ni miren como inferiores a los justiciables, porque eso se los tiene prohibido la Constitución, los derechos humanos, la ética profesional y la decencia que debe prevalecer en cada ser humano para no convertir este mundo en una fría cueva de criminales.

Colegas, les deseo satisfacción personal en su labor y una vida digna.

Aunque no soy servidor público, soy uno entre las muchas y muchos operadores privados del sistema de justicia que los saluda a diario con entusiasmo.

Les deseo la mejor de las navidades y una profunda reflexión sobre el sentido de su existencia y la calidad de su labor.

Un abrazo.

Edgar Gorrochategui Lozano, abogado.

Chihuahua, 18 de diciembre de 2020

 






Edgar Gorrochategui Lozano estudió derecho en la UACH, escribe por gusto, trabaja como abogado. Escritor desde joven, ganó la Beca David Alfaro Siqueros en las disciplinas de narrativa e investigación artística. Es autor de los libros Cada quien su viajeIncendiario y Dos tipos de cuidado. Vive y litiga en Chihuahua.

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