Foto Pedro Chacón
el poema del domingo
Ofrenda
Por
Alma Rosa Estrada
Después del
fatigoso andar, sin frutos,
el holocausto inútil de mi vida
se eleva desde el ara del amor.
Nada tengo en las manos. Diminutos
parecen hoy a mi altivez perdida
los méritos más bellos que logró.
Nada en el
corazón que satisfaga
Los anhelos
lejanos, ya olvidados,
y la
ilusión con que formé su ser.
Nada en la
voz que en el silencio indaga,
nada en los ojos de mirar cansados,
viendo cosas y cosas, sin ver.
Amor, amor, amor, oh dios desnudo,
qué impávida contemplo, sin osar
como ofrenda una lágrima poner.
Será porque el espanto deja mudo
al corazón que tiembla, al contemplar
el fracaso en el fondo de su ser.
¿Cómo
hubiera sido yo
si hubiera
tenido amor, erguida y saludable como una flor?
Si hubiera
sido besada
con labios
llenos de miel
y el tesoro más preciado
para él?
¿Cómo
hubiera sido yo
si tú me
hubieras querido?
Y tú, ¿cómo
hubieras sido?
¡Ay, dolor!
*
¿La vejez y
la muerte? Las conozco…
son la
misma profunda decepción
y la misma
impotencia que destroza
mi juventud
sin porvenir ni amor.
Conozco la
nostalgia siempre abierta,
destilando
amargura y ansiedades por la boca, de miel siempre desierta,
en el
tiempo de todas mis edades.
Alma Rosa Estrada Comadurán (1929 – 2000) nació en Guerrero, Chihuahua, y vivió gran parte de su vida en Ciudad Cuauhtémoc. Estudió curso comercial en el Instituto América de la ciudad de Chihuahua. En 1993 la UACH publicó su primer libro de poemas titulado Una mujer. En el año 2000 se publicó su segundo libro, llamado Tan cerca de la vida. En 2018 se publicó el tercero: Una mujer tan cerca de la vida. En Cuauhtémoc durante algún tiempo escribió y publicó crónicas periodísticas en el semanario La voz de Cuauhtémoc. También fue una magnífica violinista y compositora de canciones.
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