miércoles, 2 de diciembre de 2020

Larizza Arvizo. Enseñanzas de una pandemia: capítulo 1


 

Enseñanzas de una pandemia: capítulo 1

 


Por Larizza Arvizo

 


Por tus cabellos tan largos de princesa nocturna tocando tus caderas de corazón perfecto, por esos ojos lunares color desierto anochecido, tu boca cerezo completo, tu voz candente que puede encender y despertar a cualquiera, por tus ideas tan libres que erizan la piel de los muertos y esas carcajadas sonoras que recuerdan a todos lo que es la libertad y la felicidad, por eso es que nos miraban tanto.

No ha sido porque sin quererlo tengamos algún zapato al revés o los calzones por encima del pantalón, o algún seno de fuera, eso nunca ocurrió (solo en nuestro imaginario), aunque sí fue una justificación sarcástica para poder entender esas miradas de asombro y horror con las que lidiábamos a diario, que no eran más que simple envidia de nuestra libertad y gran felicidad.

Siempre han querido ser como somos, sueñan con salir de casa con lo que se les dé la gana y les acomode más, sin importarles si se ven gordos o demasiado flacos. Pero las apariencias no se los permiten. Son esclavos del que dirán, siempre han querido que se les aplauda por contar mentiras en público cómo hicimos juntas tantas veces en ese escenario, y se retuercen de tener que criar a los hijos que no querían tener, pero han debido parirles para conformar a la sociedad y acallarlos un poco.

A la sociedad no se le complace jamás, son perros sedientos de la crítica, inconformes perpetuos, hijos de la mercadotecnia, sumisos del capitalismo atroz. Y aunque mueren por ir a la oficina sin plancharse el cabello, pintarse los ojos, usar maquillaje, traje y corbata, no son capaces, no se atreven a romper con lo convencional. Y es que tal vez no han visto las estrellas, necesitan mirarlas más, con ello se darían cuenta de lo insignificantes que somos. Deberíamos mirarlas todos cada día, antes de ir a la cama, para nunca olvidar que somos mortales al igual que ellas, mensajeras del pasado que no miente. Cuántas de ellas ya están muertas y siguen brillando. Y viajando.

Sigamos siendo libres. El tiempo es algo que pasa muy rápido, y quizá mañana por la mañana ya no estemos aquí, y debamos buscarnos en las estrellas para ver si hemos llegado a la eternidad.

Esta es una respuesta que había aguardado en este corazón por 14 años, antes de que ya no te viera más. Una respuesta necesaria que explotó entre mis dedos para ti: el verano que se fue y apenas regreso a casa. Para ti que viviste de cerca los momentos más libres de mí vida, porque necesitaba decírtelo. Y porque un amigo verdadero, lo es para siempre.

 




Larizza Arvizo es licenciada en teatro por la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha actuado en 25 montajes y es ganadora del premio a mejor actriz y actriz revelación en la Muestra Municipal de Teatro 2009. Actualmente se dedica a la fabricación de máscaras y muñecos teatrales, además de estar escribiendo el libro El viaje de lyme.

1 comentario: