Divino
Por
Elvira Catalina Gutiérrez
Mi
divino,
me
enseñaste lo sublime del amor.
Espérame,
hijo, al rato nos vamos a encontrar.
Siempre
he sido amada, más cuando sentí tus ojos mirándome.
Mi
espíritu vibró muy lejos de cualquier explicación.
Por
toda la galaxia mi esencia inmortal se expandió.
Con
tus ojitos, mi querido gusanito, llenaste de magia mi territorio.
Tu
corazón en el ángel de mi corazón se convirtió.
Esa
mañana lo escuché latir, algo me dijo.
Siente
por favor, hijo mío, siente este abrazo que te doy.
También
en tu cuellito quiero estar y darte besos sin final.
Con
todas las ganas te los hago llegar, hasta allá donde apartándome lugar estás.
Con
tu recuerdo siento un poco menos el miedo a la separación terrenal.
Te
vi luchar como a nadie más.
Con
tu sonrisa la esperanza me visita.
Te
sentí dentro de mí.
En
mi pecho te alimenté.
Apenas
ahora comprendo
que
en tu mirada vi la creación.
Siempre
pienso en ti. De dolor, las flores del jardín brotan en cada estación.
Fue
la tempestad que ahora es la causa de navegar en calma por las aguas de mi mar.
Nos
diste rumbo y dirección, destapaste nuestra eternidad, la compañía de tu
espíritu es por siempre mi amor,
Amado
bebé.
Por
ti hallamos la conciencia del amor.
Nos
miraste, te quedaste y en la puerta del paraíso nos esperas.
Elvira Catalina Gutiérrez. Licenciada en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Tiene maestrías en educación y en periodismo. Es profesora de literatura en secundaria y trabaja en radio con un programa cultural. Es autora de un libro sobre el tema Juana de Ibarbourou y otro sobre educación literaria para niños, ambos inéditos. Durante varios años escribió periódicamente en la revista Exprés.
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