Luis Arturo Chavarría Camargo. 14 de Febrero

14 de Febrero

 

 

Por Luis Arturo Chavarría Camargo

 

 

Es lunes. Sé que es lunes porque es cuando por aquí pasa mucha gente con portafolios, mochilas, maletines y bolsos, todo de un viaje, con correas cruzadas para cargarlos y las manos ocupadas con el resto.

Ayer era domingo, porque me acerqué hasta el atrio de Catedral para pedir limosna a la gente que entraba o salía de misa. Los domingos consigo más dinero. Entonces hoy es lunes.

Los lunes mejor me acomodo en alguna banqueta con sombra en la Liber; extiendo la mano pidiendo una ayuda. Aquí consigo menos, aunque hay más gente caminando. Ni me voltean a ver. Como si no estuviera aquí.

Antes, cuando no tenía que pedir y yo era de los que iban al trabajo, también fingía no ver a la gente que pedía; solo si me estorbaban el paso les decía algo así como: “Ahorita no traigo. En otra pasada”, y seguía mi camino.

Pero escribí esta carta aquel día, y ya nada fue igual. Todavía la conservo. No sé bien por qué o para qué, pero la conservo. De vez en cuando la desdoblo y vuelvo a leer lo que de memoria y recuerdo con todo detalle:

 

Cómo quisiera tener una mejor manera de hacer esto; tener valor para enfrentarlos personalmente y hacerles saber mi decisión. Pero los conozco demasiado, y me conocen mejor. Sabemos que no es posible de otra forma. No necesitan terminar de leer para saber qué voy a decirles, pero debo hacerlo. Es importante para mí que quede constancia de que al menos así lo supieron de mí; no en persona, pero tampoco por terceros. Menos aún no saberlo y no saber de mí; llenarse de especulaciones, de enojos o zozobras…

 

…y el resto, hasta el final de las dos páginas que nunca entregué.

Hoy es aniversario de la fecha en que fue escrita —(¡cómo olvidarla!, 14 de febrero)—. Vuelvo a comenzar a leer, sin poder pasar nunca al segundo párrafo, ni a las razones o causas o pretextos o justificaciones de este viaje que dura ya ¿cuánto?

 

*

 

Veo a la pareja. Él la lleva abrazada, ella reclina la cabeza en su hombro mientras aspira el aroma del ramillete de flores que le compraron al muchacho que vende, envueltos en celofán, manojos de disculpas, promesas, ansias, esperanzas con disfraz de rosas, jazmines, lilas o qué sé yo.

Estos días ha tenido más clientela por la temporada. Hoy es 14 de febrero, día de San Valentín, del amor y la amistad, cumpleaños de mi carta y de mi viaje.

Cierro los ojos para ver si así se me quedan adentro los pensamientos y las lágrimas.

Lunes 14 de febrero de 2020. ¿Y si abro los ojos y ya es martes, comenzará a menguar…?

Los abro, a sabiendas de que no sucederá, y veo el periódico que lee el hombre sentado en la banca frente a mí, y me asalta la urgencia de la libación, porque bien claro en el cintillo superior descubro:

Viernes 14 de febrero de 2020

 

The end.

 

 

 

 

Luis Arturo Chavarría Camargo es ingeniero químico agroindustrial, egresado de la Facultad de Ciencias Químicas de la UACH. Cursó también la maestría en administración en la Facultad de Contaduría y Administración, Extensión Delicias. Trabajó en BAFAR, Alambrados y Circuitos Eléctricos de Delicias, ALPURA, RES Internacional, Caja Popular Mexicana, Agroindustrias Deandar de Delicias y GYM Internacional S.A. de C.V. Fue Jefe del Departamento de Recursos Materiales de la Secretaría de Salud del Estado de Chihuahua y Secretario Municipal en las Administraciones 1992-1995 y 2016-2018 del municipio de Saucillo. Ha sido profesor en las Preparatorias 4 y 8 de Chihuahua, en el CBTiS 197 y en la Preparatoria Octavio Paz de Saucillo, en el Tecnológico de Delicias y en la UNAdM (Universidad Abierta y a Distancia de la SEP). Actualmente es secretario municipal de la actual administración en Saucillo. En 2004 ganó el Premio Publicaciones con su novela Volver a la tierra. En 2006 publicó su segunda novela, La cueva del conejo. El tesoro de la Hacienda de San Marcos”. Publicó en un diario digital de la ciudad de Delicias una novela por entregas: Por el bien del pueblo.