martes, 3 de noviembre de 2020

Mary Valenzuela. Calavera para el Club del Libro


Foto Pedro Chacón

Calavera para el Club del Libro

 

 

Por Mary Valenzuela

 

 

Las chicas y los muchachos

del club de lectura actual

se encontraban festejando

aniversario virtual.

 

Muy atenta una catrina

que el id identificó

de repente y sin aviso

a la sesión se colgó.

 

Los dejo seguir hablando

de Úrsula y Aureliano,

de Fermina y Florentino

y hasta de algún dictador,

 

Pantaleón y las muchachas

del barco visitador,

de vírgenes de sicarios

que matan sin agradecer

 

El Don de la Vida

en los Días Azules

a La Sombra del Ángel

Conversación en la Catedral

 

se encuentran Ulises y Joyce

platicando de un Principito

que se escondió tras la Sombra

del Viento para no sufrir

la suerte de La Niña Perdida.

 

que luego se fue a leer

frente al mar con un Viejo

que leía novelas de amor

y que le contó Cuentos

Hispanoamericanos

 

que lo divirtió mucho el Clis de Sol

sin saber realmente Por quién

doblan las campanas.

 

En eso estaban cuando llegó

Tinisima a tomarles foto

y Sor Juana a escribir sonetos.

Benedetti se asomó

 

y a Sábato encontró en un Túnel

con unos Engranajes

en las manos

y le dijo

que Dios no vive en La Habana

 

pero puede pasar ahí Un mes

con Montalvo que es Un salvaje,

un Abogado del Diablo

que no teme agarrar

La cola de la serpiente

 

ni tampoco a Un perro llamado Leal.

Rosa Montero y Ferrante

contaron que Viajan solas

porque Nada se opone a la noche

ni a los Placeres

prohibidos,

 

que es Ridícula la idea

de no Volver a verte más

El cerebro de mi hermano

y como París no se acaba nunca

digámosle desde ahí

Adios a Hemingway.

 

También sería propicio

Poner un Centinela para que cuide

Que la Sangre de los Libros no perturbe

El Murmullo de las abejas

 

porque en la Noche

en que Frankestein leyó el Quijote

fue la Muerte del Comendador.

 

A estas alturas en Isthmus

era tal el gritadero

que despertó Proserpina

y se los llevó al averno.

 

 

 

 

Mary Valenzuela es estudió derecho en la UACH en 1985. Trabajó en la biblioteca del ISAAD por 8 años. Actualmente trabaja en la biblioteca y el Departamento Administrativo de ISTHMUS. Es socia fundadora del Club del Libro de Chihuahua 1993.

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