jueves, 12 de noviembre de 2020

José Manuel García-García. ¡Qué risa, todos eran antorchas que corrían gritando!


lunes de jmgg

¡Qué risa, todos eran antorchas
que corrían gritando!

 

 

Por José Manuel García-García

 

 

 

I

Óscar de la Borbolla, Instrucciones para destruir la realidad (2003). Después de leer este libro entendí que el apocalipsis será un carnaval de parodias, un exhibidor alarmista (me refiero a la revista Alarma!), una parodia del pensamiento mágico-mariguano, todo será ocurrencia feliz: visitar un zoológico humano (“antrológico”), realizar concursos suicidas, controlar la cronología del sueño, hacer un decálogo para el fin del mundo, entrevistar a un resucitado, crear un asilo para muertos, perfeccionar manuales de tortura, etcétera.

 

II

En el primer ensayo, el autor propone un “Manifiesto ucrónico” que habla en nombre de los suicidas y critica a los que conspiraron para erradicar la felicidad del mundo. El ucronista anota entre sus consignas: “¡Por la posibilidad de todo lo imposible!”, “Por la destrucción de la realidad!”. “¡Prohibido morir!”.

En otro ensayo, al ucronista le parece divertido crear un concurso de “Suicidios novedosos”, no olvida ejemplos como el de Pablo Reyes que “propuso y ejecutó, para admiración de todos, esa sencilla y extraordinaria forma de quitarse la vida que consiste en tragarse un anzuelo anudado a un cordel, al que media hora más tarde se jala con todas las fuerzas para sacar por la boca un músculo rojizo que los expertos suelen identificar como el corazón”.

Los premios a los ganadores son: “a los tres primeros lugares se les obsequiará, además de diploma, ataúd cromado, caja de ocote y bolsa de plástico respectivamente”. Concurso tv-ameno, pero en contra del motto ucrónico “¡Prohibido morir!”.

 

III

En otro artículo ucrónico (“Consejos a los sobrevivientes”), el narrador nos habla de un mundo devastado por bombas nucleares. Propone un decálogo de advertencias y consejos apocalípticos: “No se desespere si no encuentra a nadie. Lo más seguro es que usted sea el único que quede en el mundo”; “como con seguridad habrá perdido a todos sus seres queridos; no llore irresponsablemente; hágalo en frascos que pueda tapar. Toda gota de agua es vital”. El humor kitsch no se desprende de la tragifarsa: es su par siamés: risa de triste chifladura.

 

IV

Por último, anoto una ucronía titulada “¡Volvió de la muerte!”, es un hombre que luego de un infarto regresa a la vida: sorpresa mundial; cuadro depresivo, descomposición acelerada: “no tiene ningún signo vital. No manifiesta dolor. Mire usted: no sangra –y para confirmar sus palabras apretó los bordes de una herida recién abierta–. La sangre no circula: está coagulada a todo lo largo de las venas”. Damas y caballeros, con ustedes: el Hombre Morcilla. Desea regresar a su casa, abrazar a su esposa, ser feliz. Es (dice el narrador) un hombre “que había revivido para nada”. No estoy de acuerdo, el Hombre Morcilla es la alegoría de la descomposición involuntaria (cf. The Monkey’s Paw) del disfraz ucrónico, esa fantasía tremendista cuya piel es un hombre en jirones.

 

V

De la Borbolla ha desarrollado en varios libros la idea de Jonathan Swift (cf. A Modest Proposal, 1729): exagerar hasta la caricaturización las injusticias para ofrecer una propuesta irónica: si hay hambre, debemos establecer la pedofagia para acabar con la hambruna y a la sobrepoblación infantil.

De la Borbolla retoma esta estrategia aplicándola a diversas situaciones sociales, y bautiza a su descubrimiento como “Ucronía”: fantasía irónica, juego entre la “crónica seria” y la crónica “de humor sangriento”, entre el ensayo veraz y el ensayo simulado.

Ucronía: idea tan añeja que parece nueva, es la “reconstrucción de la historia con datos hipotéticos”, la creación de la realidad “no como es, sino como pudo ser”. Es ficción periodística sin más alcance que el divertimento literario.

De la Borbolla: autor de culto que propone exagerar las posibilidades del desencanto como estrategia bestsellerista.

 

 

 

 

José Manuel García-García es autor de muchos libros, la mayoría de ellos publicados, entre ellos estos: Estados de asombro. Entre aforismos y micropoemas (2016), GUARDA-QUIMƎRAS (2016), Microagniciones (2015), Piezas para un poemario (2014), El libro de las islas perdidas (2012) Guardamemorias (2005), Literatura juarense (Inicios de modernidad) 2017, Literatura juarense (Escenas de guerra) 2017, La obra de Jesús Gardea. Hacia una mereología estética (2017) y Ciudad Juárez, versiones de una Toma, 1911 (2011). Fue coordinador del Taller Literario del Museo de Arte (INBA, 2000-2007) y lo es del Taller Literario Pizca a las 6:30, Las Cruces, desde 2011. Ha sido editor de una veintena de libros de diversos autores, de Armario (suplemento cultural de Semanario, ciudad Juárez, 2000-2007), de las revistas Noesis (UACJ) y Arenas Blancas (NMSU). jmgarcia@nmsu.edu

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