María Guadalupe Chávez Marín. Relato personal del Día de los Muertos

Foto Pedro Chacón

Relato personal del Día de los Muertos

 

 

Por María Guadalupe Chávez Marín

 

 

Ir a los cementerios era una bonita y alegre tradición familiar.

De la muerte solo recordaba que a mis tres años fue todo un suceso que mi tío Manuel Marín hubiera muerto; mi mamá se asustó mucho, pero yo era casi una bebé, no recuerdo mas detalles.

Fue hasta los once años que vi de cerca lo que es la muerte. Fue en verdad terrible que me obligarán a despedirme de mi abuelito Jesús, a quien velaban en la sala de su propia casa, y estaba ahí pálido y metido en un ataúd.

Primera y última vez que vi a una persona muerta, porque ya no podía recordar a mi abuelo sonriente y de mejillas sonrosadas, sin poder evitar recordar aquella imagen pálida y seria de mi abuelo en un ataúd.

De ahí la muerte de mi tía Lala, por cierto exactamente en mi cumpleaños 13. Después fueron otros tíos.

Desde la muerte de mi abuelo, fue otro mi concepto sobre la dedicada elaboración de flores y coronas que mi mamá, nosotras sus hijas, y en veces sus nueras, hacíamos desde mediados de septiembre. Y la  peregrinación a los cementerios, en los cuales me hice guía experta.

De ahí la siguientes muertes significativas fueron la de mi papá, y al año siguiente, la de mi mamá con la cual tuve una renuencia por tres años a no poder visitar esa tumba que ahora tenía a dos importantes miembros de mi familia. No me parecía poder resistir ver esa tumba, que se tuvo que volver a abrir en el 2012, por la muerte que más me ha dolido en toda mi vida. La de mi hermano Pedro.

Hoy me gustaría poder llevar flores como siempre a esas tumbas, pero sé que eso no es tan importante en este momento, donde la muerte nos acecha a todos.

Ellos están en mis recuerdos y en mi corazón por siempre.

Pero la muerte tiene hoy otro significado.

 

 

 

 

 

María Guadalupe Chávez Marín es licenciada en relaciones comerciales por el Instituto Tecnológico de Chihuahua. Durante años fue funcionaria de Banamex. Escribe magníficos relatos, crónicas y textos biográficos, que hasta hoy permanecen inéditos.