lunes de jmgg
El
paraíso positivista es
la
memoria colectiva
Por José
Manuel García-García
I
Christopher
Hitchens. Mortality (2012). “El horror al vacío: al olvido”, dice una de
las notas que hablan del esfuerzo de Hitchens en su último libro. Pero es más
que eso: es la necesidad de escribir, de dejar un mensaje que es en sí terapia
ante la agonía y contra el silencio / cáncer.
Es el
manifiesto de un ateo sarcástico que desafía a los que lo felicitan por esa
agonía dolorosa.
El
hiper-famoso Hitchens, ser herido que responde con emoción lógica contra los
puritanos que lo condenan a priori al infierno: almas puras predispuestas a ser
fiscales (a imagen y semejanza de un dios rencoroso y lleno de ira).
Los
dioseros famosos se arrebatan el micrófono para bendecir el cáncer que consume
al ateo Hitchens. Contra él las frases hirientes, espejismos religiosos que se
estrellarán contra la invicta retórica del polemista Hitchens.
II
Hitchens
recuerda con gusto irónico a Voltaire: los Salvalmas le pedían que renunciara
al Diablo, “no, ya no es tiempo de hacerse de enemigos”, respondía el agónico
Voltaire.
III
Hitchens
recuerda del Diccionario del Diablo una entrada: “Oración: petición de
que las leyes de la naturaleza se suspendan para quien dice no merecer nada”.
Quien reza, dice Hitchens, cree en realidad que dios hizo mal su creación, y si
dios lo oye, el rezador puede enseñarle cómo corregirlo todo (o al menos la
parte que le interesa al que ora). En el fondo, el rezador intuye que no hay
nadie “moralmente a cargo de la creación”. Pero las religiones insisten en sus
frases repetidas, uniformes, como un deseo de encantamiento. En el fondo, el
rezo es una mezcla de petición y orden. (Hitchens no lo supo, pero en español,
el subjuntivo es deseo y mandato, dependiendo el tono en que se utilice).
El
rezo (continúa Hitchens) es la idea de que dios (megalómano) necesita de
reconocimientos y aprobaciones. Cosa inútil, pues si dios ha determinado todo,
todo entonces no se alterará con una simple repetición de adulaciones.
IV
Mortality
es un texto doloroso. Es el diario de una inteligencia que se sabe en agonía.
Es la destrucción de mitos: lo que no te mata, te hace fuerte: falso, al
popularizador de esa frase (Nietzsche) su enfermedad mental no lo hizo para
nada fuerte.
Hitchens
rechaza todo frase de autoayuda, pues es rendirse al autoengaño. Prefiere
hablar de su dolor, su corporalidad (“yo soy mi cuerpo”, “el cáncer es un
invasor que morirá conmigo”).
Así,
describe paso por paso las intervenciones médicas, los efectos de la
quimioterapia, la pérdida de la voz y de su capacidad de escribir.
V
Sus
últimas notas son fragmentos, citas de autoayuda emocional: no somos huérfanos
de dios, somos la historia de nuestros ancestros, en nosotros y en nuestros
hijos (o futuros lectores) seremos inmortales, como ellos lo serán en sus
respectivas existencias.
Hitchens
escribió así su obituario Mortality: polémico memento mori del estoicismo
moderno.
José Manuel García-García es autor de muchos libros, la mayoría de ellos publicados, entre ellos estos: Estados de asombro. Entre aforismos y micropoemas (2016), GUARDA-QUIMƎRAS (2016), Microagniciones (2015), Piezas para un poemario (2014), El libro de las islas perdidas (2012) Guardamemorias (2005), Literatura juarense (Inicios de modernidad) 2017, Literatura juarense (Escenas de guerra) 2017, La obra de Jesús Gardea. Hacia una mereología estética (2017) y Ciudad Juárez, versiones de una Toma, 1911 (2011). Fue coordinador del Taller Literario del Museo de Arte (INBA, 2000-2007) y lo es del Taller Literario Pizca a las 6:30, Las Cruces, desde 2011. Ha sido editor de una veintena de libros de diversos autores, de Armario (suplemento cultural de Semanario, ciudad Juárez, 2000-2007), de las revistas Noesis (UACJ) y Arenas Blancas (NMSU). jmgarcia@nmsu.edu
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